Cuando presentan un drama como una aventura: entre el paro y la emigración

8 May

(Artículo publicado en Mundo Obrero en el número de marzo, disponible también en la edición digital)

Impulso aventurero. Así hablaba hace unos meses Marina del Corral, Secretaria General de Emigración e Inmigración de la cada vez más alarmante salida de jóvenes del país. Es difícil conocer con exactitud cuántos jóvenes (y población en general) están saliendo del país en busca del futuro que la crisis capitalista les niega en España, como bien analizaba un artículo de la socióloga especializada en migraciones Amparo González (1). La cifra más habitual en la prensa europea es de 300.000 jóvenes en el periodo de 2008 a 2011(2), número que no ha hecho más que crecer en los últimos meses. El informe oficial en cuya presentación lanzó del Corral su absurda hipótesis cifraba en 52.841 las personas que en 2011 salieron del país para ganarse la vida. Imaginemos a toda la población de una ciudad como Ávila o Mérida marchándose por no encontrar ninguna alternativa para sustentarse en su tierra. Precisamente de eso es de lo que hablaba la alta responsable ministerial.

La respuesta no se hizo esperar. Las redes sociales ardieron con comentarios de protesta ante el insulto que suponía presentar el drama de la emigración como una aventura. Un grupo de jóvenes en el exterior tuvo la iniciativa de abrir un blog-carta (3) que tuvo un gran eco en el que entre otras firmes palabras se decía: “Los españoles, jóvenes y no tan jóvenes, que salen de su país a trabajar en estos momentos lo hacen debido a la conjunción de una crisis brutal y un modelo de desarrollo económico parasitario e impuesto por las elites política y económica españolas, a los que ahora se une una gestión cobarde de un Gobierno que solo obedece a los intereses de los capitales financieros y económicos que crearon la crisis, mientras asiste impasible al empobrecimiento constante de millones de españoles”. Un diagnóstico bastante más cercano a la realidad.

A la cabeza en paro juvenil

Los recientes datos de EuroStat (4) son demoledores: España se sitúa a la cabeza en las tasas de paro de la UE-27, sólo por detrás de Grecia, a mucha distancia de la media: 26,2% frente a 10,8% en tasa de paro, situación aún más destacable en el paro juvenil, en la que la cifra alcanza un absolutamente descabellado 55,5% en nuestro país, frente a la también intolerable tasa de un 23,6% de media de la UE-27.

Casi un millón de jóvenes buscan trabajo en España y no lo encuentran y la situación en Europa no es mucho más halagüeña, donde 5,7 millones de jóvenes han de sufrir la exclusión del sistema productivo. Y es que esta estafa que llaman crisis está condenando a toda una generación, principalmente en el sur de Europa, a no poder integrarse en el mercado de trabajo. Este era un problema estructural, una fractura de la clase trabajadora, que la actual ofensiva neoliberal no hace más que agravar.

La precariedad como crisis permanente

La precariedad ha sido una constante en las relaciones laborales de la generación mejor formada de la historia. Los bajos salarios (aquello del “mileurismo” suena a utopía) y la temporalidad en el empleo (con un 61,4% de trabajadores jóvenes con contratos temporales, la tercera cifra más alta de toda la OCDE) (5) son condiciones que lejos de irse mitigando con la edad, van incorporándose a cada vez más sectores de la clase obrera.

Ante esta situación, el gobierno lanzaba su vergonzoso Plan de Empleo Juvenil el pasado febrero (6). Era más de lo mismo. Los fondos europeos se gastan en más bonificaciones por contratación a los empresarios, se crean nuevas formas de contratación aún más carentes de derechos, ligadas levemente a la formación (ya que ésta no ha de estar vinculada al puesto de trabajo) y se permite a las ETTs traficar con mano de obra en aras de una supuesta dimensión formativa, en una combinación explosiva entre la precarización bajo la excusa de la formación y la temporalidad en el empleo.

La situación que condena a la juventud de nuestro país a emigrar no es un problema pasajero ni algo que se pueda calificar bajo el eufemismo de “movilidad exterior”. Es la consolidación de unas reglas del juego precarias, que empobrecen a los y las trabajadores/as, haciendo que las diferencias entre quienes más y menos tienen hayan aumentado un 30% en nuestro país desde el principio de la crisis (7). Es otro paso más en la agenda neoliberal de atomizar a nuestra clase, por eso, como recientemente proclamaba la UJCE en una campaña, si nos dan a elegir entre paro y emigración, elegiremos la revolución.

NOTAS
1. http://goo.gl/NBXzO
2. http://goo.gl/OA3tj
3. http://goo.gl/SuwbM
4. http://goo.gl/Lajnh
5. Según un estudio del Instituto de Estudios Económicos presentado en febrero de 2013.
6. http://goo.gl/0oB8M
7. http://goo.gl/T9aR8

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