Conspirando a toda prisa. Un intento de resumen de caso Payá-Carromero

4 Ago

Con motivo de una llamada desde Onda Cero para entrevistar a la Asociación de Amistad Hispano-Cubana Bartolomé de las Casas sobre el caso de Ángel Carromero en Cuba, nos hemos decidido a escribir un pequeño artículo que intenta resumir lo que ha venido pasando desde el triste acontecimiento que acabó con la vida de dos seres humanos. A lo largo del texto, proponemos algunos enlaces que nos parecen interesantes. La entrevista, que se grabó la mañana de hoy, no ha sido finalmente difundida en la emisora, cosa que ya nos suponíamos que iba a pasar, dado que el tono de las llamadas no era el de quien quiere conocer más sobre el tema, sino el que quien cree haber encontrado un grupo de apoyo a los «disidentes» cubanos.

vídeo realizado por la TV cubana explicando el caso

En resumen, dos jóvenes políticos de extrema-derecha acuden a Cuba, se reúnen con unos «disidentes» acostumbrados a la financiación internacional, en una de tantas operaciones contra Cuba. La operación sale mal y dos personas fallecen en un accidente y la prensa, acostumbrada a mentir, comienza su campaña de calumnias sin fundamento. Pero esta vez, el nivel de «chapuza» de la conspiración es tal, que han elegido a un conductor tremendamente imprudente y todas las mentiras estallan, volviéndose en contra de quienes las lanzaban, dejando a la vista de muchas personas que sobre Cuba se miente mucho y mal.

El 22 de julio aparecía la noticia. Osvaldo Payá y Harold Cepero morían en un accidente de tráfico en la provincia de Granma, en la isla de Cuba. El coche siniestrado lo conducía Ángel Carromero, Vicesecretario General de Nuevas Generaciones del Partido Popular en Madrid y su presidente en el distrito de Salamanca, así como Consejero Técnico del Ayuntamiento de Madrid, tal como refleja su cuenta en twitter. En él también viajaba Jens Aron Modig, Presidente de la Liga de la Juventud Demócrata Cristiana (KDU) y miembro de la junta del Partido Demócrata Cristiano sueco, que se reclama equivalente sueco al Tea Party estadounidense, como informa Iroel Sánchez.

Las especulaciones conspirativas no tardaron en aparecer. Dió el pistoletazo de salida el decano de la manipulación contra Cuba, el Miami Herald, que no contento con hablar de intentos de asesinato y lanzar todo tipo de calumnias, utilizaba hasta imágenes falsas para ilustrar el accidente. Pronto en España se hicieron eco de estas falsedades y como dice José Manzaneda, la tesis del supuesto “asesinato” de los “disidentes” cubanos Oswaldo Payá y Harold Cepero se convirtió en el centro de una nueva gran campaña mediática contra el Gobierno cubano. Hemos tenido que oír, hasta la saciedad, supuestas manipulaciones del coche, persecuciones, choques intencionados y otras invenciones. El informe pericial, realizado por expertos de dilatada trayectoria, que coincide con las versiones de tres testigos que pudieron ver el coche y con las declaraciones de los dos supervivientes, no deja lugar a dudas: el accidente fue fruto de la temeridad de Ángel Carromero al volante.

La prensa continuó alentando las más disparatadas mentiras. Cuando se esperaba la versión de Carromero, el huelguista de hambre profesional, Guillermo Fariñas, decía en Libertad Digital, del ultraderechista Federico Jiménez Losantos, que si el joven hablaba, podían matarle. Desde ABC se titulaba que «Carromero es víctima de torturas psicológicas». Por fin, apareció el video de Carromero, en el que reconocía que todo se debía a un accidente de tráfico: «a nosotros no nos dio ningún vehículo por la parte trasera, simplemente yo iba conduciendo». Hasta el periódico Granma tuvo que salir al paso con un extenso editorial en el que contaba lo que había venido sucediendo. Los medios de masas, con la connivencia de un Ministro de Asuntos Exteriores español que hablaba como si de una negociación política se tratara («hay que ser discretos para no dificultar la buena suerte de la operación» afirmaba), seguía a lo suyo. ABC, por ejemplo, hablaba de juicio-farsa tras hacer «confesar» a Carromero. En El País, la bloguera profesional Yoani Sánchez defendía que no se sabría nada hasta que los testigos declarasen «sin presiones», para decir que una persona involucrada en dos muertes tenía que poder salir impunemente de Cuba a decir lo que le viniera en gana, en lugar de colaborar con el esclarecimiento oficial del suceso.

Recientemente, el caso dio un nuevo vuelco contra los conspiradores: el militante de Nuevas Generaciones contaba con una larga trayectoria de infracciones de tráfico. Todo comenzaba con un artículo en zonaretiro.com en el que se desvelaba que Carromero había perdido todos los puntos de su carnet de conducir en mayo. Otros periódicos siguieron la estela y pudimos conocer que tenía un total de 42 multas de tráfico en España, por las que habría tenido que desembolsar 3.700 euros. Las evidencias dibujaban un camino: un conductor imprudente, en mitad de una operación ilegal, había tenido un accidente que le costó la vida a dos personas. Aun así, el PP seguía tratando de defender a Carromero, publicando que podía conducir en Cuba pese a no tener puntos.

Pese a las más de mil informaciones que han aparecido en prensa en los últimos días, no pudimos encontrar en los grandes medios la verdadera conspiración orquestada por Pablo Casado, Secretario General de Nuevas Generaciones y diputado en el Congreso, de financiar ilegalmente a grupúsculos radicados en el interior de Cuba, tal como contaba Jean-Guy Allard. El sueco Jens Aron Modig, ha reconocido que la finalidad del viaje era la entrega de dinero a Osvaldo Payá y el apoyo organizativo a un ala juvenil del movimiento que este presidía. Entraron pues a Cuba con visa de turista, a realizar actividades conspirativas, financiando a un movimiento de un modo que en muchos países se considera absolutamente ilícito. Parece que ellos eran conscientes de la ilegalidad que cometían, como se trasluce de su ausencia de comentarios sobre el viaje en la red social twitter, donde eran bastante activos, tal como analiza con detalle el blog «la pupila insomne».

Resultan especialmente indignantes algunas comparaciones que han aparecido estos días en las redes sociales. Mientras a los cooperantes en el Sáhara Occidental se les deja absolutamente desamparados, la Embajada española en Cuba se desvivió buscando abogado para una persona involucrada en la muerte de dos ciudadanos cubanos. Mientras los medios de comunicación claman por investigaciones supuestamente independientes en el caso de Payá, no han dicho nada sobre la reciente muerte de un ciudadano argentino detenido por los Mossos d’esquadra en Cataluña. Mientras Osvaldo Payá muere en un accidente de tráfico y, según España es asesinato de Cuba, Íñigo Cabacas muere de un pelotazo en la cabeza de la Ertzaintza y, según España es un accidente.

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